Pittsburgh, Pa. - 24 de junio de 2022 - La senadora Lindsey M. Williams hizo pública la siguiente declaración en respuesta a la decisión del Tribunal Supremo de anular el caso Roe contra Wade:
Estoy completamente desolada por la sentencia de hoy del Tribunal Supremo en el caso Dobbs contra Jackson Women's Health Organization, que ha anulado el derecho a un aborto seguro y legal en este país, pero estoy dispuesta a contraatacar. Siempre defenderé el derecho de la mujer a la atención sanitaria, y eso incluye el aborto. Decidir si se quiere formar una familia, cuándo y con quién es un derecho humano. Confío en que la gente tome las mejores decisiones sobre su vida, su familia y su atención sanitaria. Esta lucha es por nuestro derecho a la intimidad y a la autonomía corporal.
Restringir el acceso al aborto afecta de manera desproporcionada a las comunidades que ya se enfrentan a barreras sistémicas a la atención sanitaria, como las personas de color, los jóvenes, los habitantes de zonas rurales y las personas con bajos ingresos. Hay muchos problemas que debemos abordar en lo que respecta a la atención sanitaria, pero restringir el acceso a ella no es la solución. Además, prohibir el aborto no lo impide. Sólo impide el aborto seguro.
Apoyo la aprobación en el Senado de EE.UU. de la Ley de Protección de la Salud de la Mujer a nivel federal, que protegería el acceso al aborto en todo el país, y que el Congreso adopte cualquier medida adicional o necesaria para codificar las protecciones previstas en Roe. La Ley de Protección de la Salud de la Mujer fue aprobada por la Cámara de Representantes de Estados Unidos el pasado mes de septiembre, pero aún no ha sido aprobada por el Senado. En octubre del año pasado, firmé un Amicus Brief en apoyo de los centros de salud reproductiva de Pensilvania y del Women's Law Project en un caso sobre el acceso a la atención sanitaria de las mujeres con bajos ingresos.
Esta decisión judicial ha dejado a muchos de nosotros con incertidumbre, dolor y rabia, incluida yo. Pero seguiré luchando en Harrisburg para proteger los derechos fundamentales de todas las personas a una atención sanitaria reproductiva segura, accesible y completa.
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